El Carnaval De La Muerte…

Se alzan sobras,
Con voz de muerte,
Sin respiración tú deliras,
En el carnaval de tu mente.

Silencio celestial,
En el cuarto donde danzas,
Con vestidos azul cual manantial,
De tus ojos en delicia.

Tremendos ruidos mortuorios,
Saturan de sangre mis oídos,
Paralizada se oyen tus gritos,
Cuando destruyen mi cuerpo de hechizos.

Soy tu noche, tu luna,
En la que duermes muy clara,
En solsticios de un trasparente dolor,
En compañía de tu eterna paz interior…


Duerme… Duerme…
La vuelta de la muerte,
Que en esta fiesta masacre,
No hay lágrimas y sientes,
No hay eco y oyes,
No hay dolor en tu sangre,
Solo paz en tu noche.

Una Fría Pasión Divina…


Cielo e infierno,
Llamas del averno,
Pero celestes sin duda,
De lo que pasó aquel invierno…

Fríos versos caían en mí,
De contornos blancos y azules,
Del Ángel tirado en la nieve,
En romances invernarles.

Tus ojos me miraron por vez primera,
En el árido pedazo de hielo,
En el paraje místico,
Que nosotros llamamos cielo.

Arpas dulces tus labios,
Sinfonías divinas y delirantes,
Cuando te sentí en aquel invierno,
Cuando se besa un ángel en invierno.

Pero nuestro tiempo se agotó,
El sueño poco a poco menguó,
Sin esperanza de seguir viviendo,
Ambos nos abrazamos… A la muerte viendo.

Nuestros músculos se entumieron,
Solo quedaban fuerzas para un último beso,
Lleno de cristales fríos y dolorosos,
Pero inundado de pasión y caluroso.

¡Dios!, si me escuchas…
Gracias por regalarme,
Uno de tus más lindos amores,
Que juntos en invierno,
Congelamos nuestras pasiones.

Lágrimas de Princesa



















¡Que Ángel tan tierno!
De brillantes ojos del cielo,
Con piel de viento helado,
Y espíritu en canto.

Tu llanto en la oscuridad,
Me alimenta en tu cuarto,
En sangre soy tu amante,
En soledad tu acompañante.

Que en guerras lloramos,
Que en Eras lloramos,
Con deliciosas voces en silencio,
En tu grito ahogado.

¡Mi bella princesa!
No derrames perlas de mar,
Que tu despedida no es eterna,
Mi suspiro es temporal.

Tu brillo llega al Edén,
Contorno de mil pétalos de rosa,
Voz melodiosa, cual viento en otoño,
Arrastrando hojas de tus labios,
Y me inquietan a mí… tu fantasma.

¡Ahí lo tienes!
Que el destino te dejó un retrato,
De nuestro conjuro de pasión,
De nuestro asiento en el teatro del amor,
En el juego de almas sin dolor.

Que en coros de Ángeles,
Cantan con voz linda y resonante,
Tu calor… tu mirada sincera…
¡No llores princesa!

Pongo en tus Manos mi Alma

















Pongo en tus manos mi alma

Risueños y delicados son mis pensamientos,
Que sueltan carcajadas pecaminosas,
Dulzuras, penas y enamoramientos,
Que someten mi corazón con proezas dolorosas,
Danzan con el ritmo del infierno,
Poniendo mis entrañas temblorosas,
Cubriéndome tú con tu manto tierno,
Alejándome de sus poesías tormentosas.
Pongo en tus manos mi alma,
Purezas infinitas de su corazón,
Y salvas tu esencia eterna,
A la muerte no le das razón,
Extasiándome como canto de sirena,
De malaventurados hechos sin pensamiento o creación,
Que por siempre llevara a la llama del infierno,
El alimento del maligno,
Que sobrecoge dolor indigno,
De entrar a las puertas del cielo,
O sumergirme en el lento llanto del averno.

Las Sombras de tu Verano














Las sombras de tu verano

Mil luces de oscuros colores,
Compartían también sus nombres,
Tu compasión no advierte,
De la dulzura que te divierte.

Son palabras encantadoras,
Plenas, llenas de vida,
Que resuenan en tu mente,
Y crean cascadas de miel.

DiríaConduciendo con cuidado mis amores,
De su eterno malpensado sentimiento,
Procurando las flores de tu ojos,
De mil tormentos que yo enfrento.

Tormentas de pétalos en tu piel,
Sinceras, tiernas y embalsamadoras,
Que con tu verano me enfrías,
El corazón de mis manos soñadoras.

La Danza de Fuego


















La danza de fuego

En una noche fría,
El viejo se asomaba, se salía,
No podía perderse de aquel momento,
Era una noche mágica.

Cansado y sin remedio,
Abrió brazos al insomnio,
Escribiendo sueños y delirios,
Excitado prendió los cirios.

La hermosa oscuridad,
Se torno densa y de verdad,
Nunca antes alguien se alegro,
De que no existiera claridad.

Su sueño no menguo,
El triste se alegrò,
De intenso frio el desvariaba,
Ignorando que… su llama ya danzaba.

Fantásticas gaitas,
Deliciosas flautas,
Danzas al compas,
Del fuego fugaz.

El viejo se irguió,
Por su imaginación el se guio,
Cantos misteriosos le dio,
A la magia que el sintió.

En aquella tierra verde,
Donde los robles danzan,
Donde el viajero emprende,
Donde todos sus manos alzan.

Que el nacimiento de un Dragón,
Se alaba igual que a un Dios.
El anciano tocó y bailó,
Pero el amanecer lo sorprendió,
El huevo mágico brillo,
Y el retoño nació.

Lluvia...















Saludos!!

Lluvia

Lluvia cristalina…,
Que lava mis ojos,
Que lava mis manos,
Que absorbe mis pensamientos.

Su romántico dolor,
Se va con su llegada,
Regando pétalos,
Y nuestro corazón haciéndole llamada…

Letanías lejanas,
Delgadas sombras,
Que recorre mi cuerpo,
Con delicioso frío…
Con delicioso frío…

Que en invierno,
Tus bellas lágrimas,
Someten al infierno,
Tarareando tus rimas.

Lluvia helada,
Cúbreme con tu manto,
Que resbale de mi cuerpo,
Cual ángel en invierno.

Enséñame a florecer,
Así como impulsas a tus hijas,
Que en primavera tengan,
Colores, olores… ¡Delicia!

Lluvia cristalina,
Déjame llorar contigo,
Para sacarlo de mi alma,
No solo odio y rencor,
Desamor que causa escozor.

Lluvia cristalina…
Lluvia cristalina…
Con tu frio y cálido cuerpo,
Haz un paro a mi vida,
Que florezco en primavera… ¡Qué linda!












En la Aldea de los Sueños II (Final incluido)





















Esta es la ultima parte de la Aldea de los Sueños, va dedicada a una persona especial para mi. Que ahora se que me quiere, de forma abstracta, pero me quiere. Disfrutala, fue escrita con todo mi cariño.






















EN LA ALDEA DE LOS SUEÑOS
II
LA BATALLA



I

El mágico espíritu se mantuvo libre,
Un valor crepitante, destrozante,
Espinas de amor y dolor que por siempre,
Sobrecogen a mi corazón latente.

Emoción desbordante…
Un frio ardiente…

El calor de mi armadura,
Sofocó mi mente oscura,
Por tal odio y escozor,
En mi alma, he de ser para el enemigo…
Un horror.

Chelos de guerra,
Sopranos de gloria,
Dioses no pierdan la pista,
Que mi honor estará a la vista.

Magia y artilugios,
Bestias y guerreros,
Furia y dolor,
Todo al encuentro,
Yo lucho por amor.

Mis pasos sembraban muerte,
Los de mi enemigo cimbraban la tierra.

Las bestias aladas,
Socorrían a las hadas,
Lagrimas de fénix,
Como fuego, como ira,
Muestra del poder,
No he de perder.

Archimagos y conjuros,
Espadas, flechas y lanzas,
Bañadas en rojo escarlata… que sus frutos,
No fueron objeto de alabanzas.

Enanos al ataque,
Por riqueza…
Héroes y hazañas,
Por gloria…
Magos y sus canticos,
Por poder…

Pero el cristal de mi amada,
Trasformo mi furia contenida,
Para pelar por ella,
¡Para morir por ella!

La neblina nos acogió,
La penumbra nos aguardó,
El recuerdo de la muerte
Me alcanzó… por mi mala suerte.

Una flecha pérdida,
Quiso que diera mi despedida…

Mi corazón sangró,
Mi alma se revolcó,
Pero mi amor perduró.

No podía abandonarla,
Estaba cerca, podía olerla,
Muertos todos ¡yo no!,
La victoria era, no pude dejarla.

Coros de Ángeles,
Canticos de Dragón,
Gritos feroces
La épica en su esplendor.

Vuelo cual águila,
El sacrificio es mi bebida,
Hoy seré un héroe,
No me importa la muerte.

Gigantes de fuego,
A por la última arremetida,
Quedamos dispuestos a dar la vida.

II

Duras fueron las estocadas,
Las bestias fueron volcadas.

Los héroes ya no alardeaban,
Los magos ya no defendían,
Nuestro lazo se rompió,
Todo salió mal… nuestro valor se enfrió.

Solo, he indefenso en la oscuridad,
Llore, ¡llore!
Por crueldad, por su frialdad.

Pronto olvide,
Que mi Dios me salvó,
Muerto estoy, muerto estaré
Que mis rojas manos el lavó.

Mi sueño llego con la noche,
La luna me despidió,
Y la imagen de ella,
Se borró, no irradió.

Con media alma en la mano,
Llegaron los recuerdos,
De aquel otoño… de aquel otoño,
Con melancolía resbaló de mis dedos.

Y por fin los cerré…

III

No fue mi fin,
Volví al otoño,
Regrese al calor,
Y al amor…

Solo soñé le dije:
Por que siempre, cada respiro,
Cada suspiro y pensamiento,
Esta lleno de fantasía,
No existe la realidad,
Y todo cuanto hay… un sueño es,
Letárgico y encantador,
Un sueño es…

Cambiado totalmente la abrasé,
Volví a besarla,
Mis hojas jugaron con las de ella,
Y juntos como viejos robles,
De tronco firme, altos y saludables,
Nos quedamos encantados junto con el bosque.

Pasaron eternidades,
Antes de que estuvieras aquí.

Poemas, cuentos y leyendas,
Se han hecho de mi amada,
Pero solo tu, viejo cuentacuentos,
Sabes la verdad para contarla,
Como un místico relato,
De la historia de este lado.

Y al finalizar, debes recordar,
Que al besar a la muerte,
Solo debes soñar,
Llegarás a la aldea,
Pintarás tu historia en un lienzo,
Y estarás… donde todo dio comienzo.



En la Aldea de los Sueños












En la Aldea de los Sueños

Pronto volveré,
Solo tengo que arribar,
A la tierra mística iré,
Por un barco en altamar.

Brillantes estrellas,
Comían luz en mi estela,
Conociendo mis miedos,
Olvídate de estos.

La luz me despertó,
Como blancas perlas del mar,
De infinitos colores,
Arrullándome con sus olores

La etapa otoñal me abrazó,
Escuchando mis plegarias… dándoles razón.

En los viejos robles,
En los jóvenes cielos,
En los tortuosos celos,
En el perdón de los nobles.

Me dieron a mi vida,
Me dieron a mi amor.

Sin que me fijara en su belleza.

En sus cabellos como hojas,
En sus brazos como ramas,
Sus ojos, su destello,
Sus piernas, sus raíces,
Su corazón noble, sincero
Acreedor del mágico empeño.

El viento del otoño,
Me dio este retoño,
Es mi amada,
Mi compañera, mi sueño, mi respiración alada.

Juntos en el mágico paraje,
Cuando las flores cantaban…
Cuando los arboles soñaban…
Cuando el frio los acechaba…
Y cuando su corazón ardía, no menguaba…

Fantásticos seres al encuentro,
Testigos de mi enamoramiento.

Frente a frente la besé,
Ella con sus fuertes ramas me abrazo,
Nuestras mentes ardieron,
Nuestras almas cedieron.

Mi beso fue eterno,
La fiesta apago el infierno.

Elfos danzando,
Gigantes cantando,
Música de otoño,
Romántico deseo,
Infinita plenitud…
Ya no es un sueño.

Sellando nuestro amor,
En este lago, en este calor,
Aves posándose en ti,
Elfos llorando por mí.

Brillo de luna,
Nos dijo hijos. Nos advirtió,
Del amor eterno,
De la inmortalidad de los sentimientos.

Ella nos casó,
Y el viento nocturno,
Envolvió tu aspecto oculto,
De hojas te llenaste,
Belleza irradiaste.

Surgió un esplendor,
Pero no fue tu brillo interior.

¡Se quema el bosque!

Murieron familiares,
No cantaron los arboles,
El lago se secó,
La luna se apagó.

Noche de horror,
Por la fuerza de ese Dragón.

Volveré mi amor,
Defenderé nuestra tierra,
Aunque tú no quieras,
Allá en altamar,
Que en esta nave me he de embarcar.

Donde fuerzas místicas hay,
Donde muerte seguro he de encontrar.

Tus lágrimas me dan valentía,
Si he de morir…
No olvides nuestros cantos,
Que con soñar… volveré a tus encantos.

El Triunfo de la Decadencia















El triunfo de la decadencia


Campesino absurdo,
Ciudadano sordo,
Del corazón roto,
Y de pensamiento mudo.

Las palabras para ti son como una cascada,
De infinitas precauciones,
Y de rotas explicaciones ya casada,
Con el entendimiento de corrupciones.

No hay excusa para tu crueldad,
Has hecho a tu Dios llorar,
Y con perlas de Venus,
Te has atrevido a orar.

Son solo poetas malditos,
Pasivos y negligentes,
Que absorben el calor del sexo,
Con una falso testimonio del anexo.

Están ahora perdidos en laberintos,
De paraísos inventados,
Con la falsa esperanza,
De llevar consigo…
El triunfo de la decadencia.

Hipócritas, sucios de alma,
Y también malaventurados.

Llevan entre sus brazos,
El caos maldito he inteligente,
Devoradores de gente,
Y nadan puros como estos…

… Los unicornios del infierno….

Despojados de decencia,
Maldecidos por la vida,
Y rechazados por la escoria.

Resguardan sus besos en inmortales amapolas

Juntos corren entre fuego,
La sangre es su bebida,
Para ellos es ganar el juego,
De someterse por la vida.

Es el triunfo y la decadencia,
Que devora la esencia,
Que la malicia es su tendencia,
Que carece de decencia,
Que mengua como toda ciencia…
Es el triunfo de la decadencia.